« El suicidio es una enorme locura, ya que coloca al que lo comete en una posición infinitamente peor de la que estaba y de la que ingenuamente esperaba escapar. No es verdaderamente muerte, sino es sólo el abandono de una casa bien conocida [el plano físico] con unos alrededores que le son familiares, para ir a un nuevo sitio en donde sólo tiene lugar el terror y la desesperación [el plano astral en su condición de fantasma errante].
La suerte del suicida es horrible en general. Él ha aniquilado su cuerpo físico, pero su ser interior sigue activo. Allí [en el astral] la ley que podrá parecer cruel, pero que actúa realmente por su bien, lo compele a esperar hasta que pueda morir en debida forma. Debe esperar en un estado de medio muerto, los meses o años que en el orden de la naturaleza, hubiesen transcurrido para él, antes de que el cuerpo, el alma y el espíritu se pudiesen separar de manera correcta. Así, durante ese tiempo, el suicida se convierte en una sombra. Vive en el “Purgatorio” por así decirlo, y conocido por los teósofos como Kama-Loka o la “región astral de los deseos y pasiones”.
Allí, la persona se encuentra completamente carcomida por sus propios pensamientos. Repitiendo con pensamientos intensos el acto por el cual trató de detener el peregrinaje de su vida, y al mismo tiempo ve a la gente y el lugar que dejó. Pero no es capaz de comunicarse con nadie, excepto aquí y allá con alguna persona sensitiva, quien frecuentemente se aterroriza por su visita. Para empeorar las cosa, el suicida frecuentemente llena las mentes de los vivos que estén deprimidos, con sus pensamientos de quitarse la vida, conduciéndolos ocasionalmente a que cometan el mismo acto [lo que le genera más karma].
Puesto de manera teosófica, el suicida se separó por un lado del cuerpo y la vida que le eran necesarios para su experiencia en la Tierra y su evolución como ser cósmico. Y por el otro, de su guía [buddhi] y de su espíritu [atma] o sea su Dios interior [que es su monada, su parte divina]. El suicida desencarnado se encuentra ahora esencialmente compuesto de su cuerpo emocional [kama], el cual tiene gran resistencia a la tensión, animado por sus pasiones y deseos. Pero una parte de su mente [manas inferior] está con él.
Por lo tanto, el suicida en el Más allá puede pensar y percibir, pero ignorante de cómo usar las fuerzas de ese reino, él es arrastrado aquí y allá, incapaz de guiarse él mismo. Toda su naturaleza está angustiada y con él hasta cierto grado, toda la humanidad, ya que todos estamos unidos.
Y así continua con su tormento, hasta que las fuerzas que lo mantienen anclado a la Tierra terminan y es cuando verdaderamente comienza a morir. Entonces cae en un sueño del cual se despierta a tiempo para un periodo de descanso antes de comenzar una vez más una vida en la Tierra. En su siguiente reencarnación podrá, si así lo ve conveniente, reparar o compensar o sufrir de nuevo otra vez, ya que ¡No hay escapatoria a la responsabilidad!
Es mejor aceptar valientemente lo inevitable, ya que este suele deberse a nuestros errores cometidos en reencarnaciones pasadas.
(The Writings de William Judge, Vol. III, p221-224, extractos)
En el suicidio hay que distinguir dos tipos de castigo:
Está el castigo que el suicida se genera al quitarse la vida y volverse un “fantasma errante”. Pero ese castigo no es un castigo karmico. Es más bien como cuando le dicen a un niño: “no metas tus dedos en el enchufe eléctrico porque te vas a electrocutar”. Igual aquí, la Teosofía dice: “no te suicides porque sin importar lo mal que te encuentres, vas a caer en una situación peor”. Karma no tiene nada que ver al respecto, simplemente deben de comprender que la Creación es una elaborada estructura de energías que si se saben manejar se vuelven beneficiosas, y si no, se vuelven dañinas. Quien sabe manejar el fuego, calienta su casa, quien no, la quema. Igual aquí, quien sabe manejar las energías puede resolver la situación en la que se encuentra, quien no, cae en situaciones todavía peores.
El segundo castigo si es karmico, pero como karma es más educativo que punitivo, las circunstancias van a influir mucho en su aplicación. No es lo mismo una persona que se suicida como resultado de una depresión espantosa que se puede decir, la ha llevado a un estado de semi-locura en el cual la persona ya no razona con claridad, que una persona que se suicida para chantajear y/o mortificar a otro.
Como pueden ver todo depende de las circunstancias y del motivo. Incluso la persona puede ser karmicamente premiada si se suicida para sacrificar su vida para salvar a otras vidas y no había otra alternativa. Por ejemplo, leí que un submarino nuclear tuvo un grave accidente en su reactor, y varios marineros aunque sabían que la fuerte radiación los iba a matar de forma muy dolorosa, entraron en el reactor para repararlo y evitar así una catástrofe. Es por eso que el Maestro Kuthumi precisa que:
« El motivo lo es todo, y el hombre es castigado en caso de responsabilidad directa, nunca de otra manera. En el caso de la víctima, la hora natural de la muerte fue anticipada accidentalmente, mientras que en la del suicida, la muerte fue traída voluntariamente y con el pleno y deliberado conocimiento de sus consecuencias inmediatas. Por ello una persona que causa su muerte en un ataque de locura temporal, no es considerada [por los Señores del karma, como verdaderamente] un suicida. … Ni tampoco queda a expensas de las tentaciones de Kama-Loka, sino que cae dormida como cualquier otra víctima [aunque eso sí, sufriendo su tortura mental y es que es ella misma quien se la genera]. »(CM20C, p132)
Está el castigo que el suicida se genera al quitarse la vida y volverse un “fantasma errante”. Pero ese castigo no es un castigo karmico. Es más bien como cuando le dicen a un niño: “no metas tus dedos en el enchufe eléctrico porque te vas a electrocutar”. Igual aquí, la Teosofía dice: “no te suicides porque sin importar lo mal que te encuentres, vas a caer en una situación peor”. Karma no tiene nada que ver al respecto, simplemente deben de comprender que la Creación es una elaborada estructura de energías que si se saben manejar se vuelven beneficiosas, y si no, se vuelven dañinas. Quien sabe manejar el fuego, calienta su casa, quien no, la quema. Igual aquí, quien sabe manejar las energías puede resolver la situación en la que se encuentra, quien no, cae en situaciones todavía peores.
El segundo castigo si es karmico, pero como karma es más educativo que punitivo, las circunstancias van a influir mucho en su aplicación. No es lo mismo una persona que se suicida como resultado de una depresión espantosa que se puede decir, la ha llevado a un estado de semi-locura en el cual la persona ya no razona con claridad, que una persona que se suicida para chantajear y/o mortificar a otro.
Como pueden ver todo depende de las circunstancias y del motivo. Incluso la persona puede ser karmicamente premiada si se suicida para sacrificar su vida para salvar a otras vidas y no había otra alternativa. Por ejemplo, leí que un submarino nuclear tuvo un grave accidente en su reactor, y varios marineros aunque sabían que la fuerte radiación los iba a matar de forma muy dolorosa, entraron en el reactor para repararlo y evitar así una catástrofe. Es por eso que el Maestro Kuthumi precisa que:
« El motivo lo es todo, y el hombre es castigado en caso de responsabilidad directa, nunca de otra manera. En el caso de la víctima, la hora natural de la muerte fue anticipada accidentalmente, mientras que en la del suicida, la muerte fue traída voluntariamente y con el pleno y deliberado conocimiento de sus consecuencias inmediatas. Por ello una persona que causa su muerte en un ataque de locura temporal, no es considerada [por los Señores del karma, como verdaderamente] un suicida. … Ni tampoco queda a expensas de las tentaciones de Kama-Loka, sino que cae dormida como cualquier otra víctima [aunque eso sí, sufriendo su tortura mental y es que es ella misma quien se la genera]. »(CM20C, p132)
Usualmente aquel que intenta suicidarse lleva ya un cierto tiempo pensando en ello, nutriendo esa idea con sus emociones y pensamientos. Incluso muchos, si no se atreven a pasar al acto, en su interior lo imaginan, lo desean, y eso genera una energía en los planos sutiles cuyo propósito va ser que se realice ese deseo. Cuando esa energía termina por proyectarse en el plano físico, busca cumplir su propósito que es matar a la persona.
En esos casos, lo más probable es que el suicida arrepentido también muere antes de lo previsto y le sucede lo mismo que si se hubiera suicidado en acto propio y de hecho lo fue, sólo que de manera inconsciente. Acuérdense: lo que desean e imaginan, termina por realizarse. De ahí la importancia de controlar nuestros pensamientos y emociones.
Los que llegan a la vejez es porque la energía que generaron no era muy fuerte, no le inyectaron la intensidad de energía suficiente para que terminara por manifestarse en el plano físico.
Y ahora que saben eso, van a ser responsables de sus creaciones (sorry), así que les aconsejo que eliminen esas energías que formaron. Una forma muy sencilla y muy eficaz es por medio de la visualización (les digo que es el poder del ser humano). Visualicen que reciben una cascada de Luz blanca divina que los purifica y disuelve todas esas creaciones nocivas.
Si se sienten tan mal que ya no soportan vivir, díganselo a Dios, a la Jerarquía, a los Ángeles. En un lugar tranquilo, donde estén solos. Prendan una vela blanca, recen un Padre Nuestro para sintonizarse con la divinidad, y díganles todo lo que sienten. Díganles que ya no pueden más, que vinieron para evolucionar y que no se vale soportar tanto sufrimiento, que ustedes están haciendo su esfuerzo y que también a ellos les toca echarles la mano. Por lo tanto pídanles que los ayuden con su situación, que les den la fuerza y la guía para poder superar el tormento que los aflige. También pídanles que los ayuden a disolver las entidades nocivas que crearon (les aseguro que con su ayuda va a ser mucho más fácil).
Si su petición es autentica, verán que los milagros ocurrirán. Se los digo por experiencia (yo de plano les grité y me hizo mucho bien). Si sienten la necesidad, háganlo varios días seguidos o repítanlo cada semana o mes, hasta que sientan cierto aligeramiento en su ser.
Cómo anécdota, yo sentía un vacio en mi interior que me hacía sufrir mucho, y en una ocasión estallé. Ya había estallado como dos o tres veces anteriormente, pero en esa fue la cúspide de mi desesperación. Les grité a “Allá arriba” que si tenían aunque sea un poco de consideración por mí, me ayudarán con el dolor porque ya no podía más (y realmente así me sentía). Me quedé dormido como a eso de las dos o tres de la mañana, después de haber estado horas llorando y gritando, y curiosamente cuando desperté, ya no sentí el dolor. Desde ese entonces el vacio ya no me lastima más, lo sigo sintiendo, pero ya no me duele.
Por otra parte, también deben de comprender que si el suicida sigue sufriendo en el Más allá, a pesar que ya no tiene que lidiar directamente con el plano físico, es porque él mismo está creando su sufrimiento. Si por ejemplo, le dolían las piernas por haber mucho caminado, obviamente cuando se encuentre en el astral, ese dolor ya no lo va a sentir porque pertenece al cuerpo físico. Pero si sigue sintiendo ese tormento que lo llevó a quitarse la vida, es porque:
LA PERSONA MISMA LO ESTÁ GENERANDO
Tienen que comprender muy bien esto. Ustedes mismos se generan su tormento. Cierto, en base a las dolorosas experiencias que vivieron o están viviendo y no dudo que sean muy dolorosas y traumatizantes, créanme, yo también he estado ahí. Pero de ustedes depende quedarse esclavizados en ese trauma o superarlo. Es por eso que los grandes Maestros enseñan a desapegarnos de las heridas que nos ha causado la vida.
Es por eso que Buda dijo:
- “El dolor es inevitable, el sufrimiento opcional.”
Es por eso que Jesús dijo:
- “Perdona a tus enemigos.”
Estos grandes Guías recomendaron esto, no para que nos viéramos muy “nobles y espirituales”, sino para nuestro PROPIO BIEN, para que no nos hundiéramos en nuestro propio tormento. Es muy importante que entiendan esto, porque hasta que no lo hayan verdaderamente comprendido, no podrán realmente dejar de sufrir.
¿CÓMO SE PUEDE AYUDAR A LOS QUE YA SE SUICIDARON?
Principalmente haciendo dos cosas:
Ver si la persona que se suicidó dejó algo sin terminar y tratar de realizarlo por él, en su nombre. Esto debido porque muchas veces esas cosas inconclusas mantienen al suicida desencarnado en un estado de inquietud buscando como regresar a la Tierra para terminar lo que dejó pendiente, y eso lo puede llevar con los médiums (quienes en general no son malos, pero ignoran el daño que causan).
Rezando por el fallecido, poniéndole un pequeño altar, y sobre todo solicitando a los Seres divinos para que lo ayuden a comprender la situación en la que se encuentra ahí perdido en el astral. Para que se libere de la prisión de tormento que él mismo se está generando y lo guíen hacia la Luz divina, y así evitar que pueda caer en los peligros que hay en el astral.
Fuente:
http://esoterismo-guia.blogspot.com.es/2013/09/suicidio-suicidarte-consecuencias.html
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