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domingo, 14 de agosto de 2016

LA JERARQUÍA ESPIRITUAL PLANETARIA O GRAN HERMANDAD BLANCA


LA FUNDACIÓN DE LA JERARQUIA




SU APARICIÓN EN EL PLANETA

A mediados de la época lemuriana, hace aproximadamente dieciocho millones de años, ocurrió un gran acontecimiento que trajo, entre otras cosas, los siguientes desarrollos:

El Logos planetario del esquema terrestre, uno de los Siete Espíritus ante el Trono, encarnó físicamente y en la forma de Sanat Kumara, el Anciano de los Días y Señor del Mundo, descendió a este planeta físico denso permaneciendo desde entonces con nosotros.

Debido a la máxima pureza de su naturaleza, y al hecho que desde el ángulo de la humanidad está exento de pecado y, por lo tanto, es incapaz de responder a nada en el plano físico, no pudo adoptar un cuerpo físico denso como el nuestro, y debe actuar en Su cuerpo etérico.

Es el más grande de los Avatares o “de los Venideros”, porque es un reflejo directo de la Gran Entidad que vive, respira y actúa a través de todas las evoluciones de este planeta, manteniendo todo dentro de Su aura o esfera magnética de influencia.

En Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, y nadie puede ir más allá del radio de Su aura.

Es el Gran Sacrificio, que abandonó la gloria de los elevados lugares, y en bien de los hijos de los evolucionantes hombres tomó Él Mismo forma física, y fue hecho a semejanza del hombre.

Es el Observador Silencioso, en lo que a nuestra humanidad concierne, aunque literalmente, el Logos planetario Mismo, en los niveles superiores de conciencia en que actúa, es el verdadero Observador Silencioso en cuanto al esquema planetario se refiere. Podría decirse que el Señor del Mundo, el Iniciador Uno, ocupa el mismo lugar en conexión con el Logos planetario que la manifestación física de un Maestro en relación con la mónada de ese Maestro en el plano monádico.


Juntamente con el Anciano de los Días vino un grupo de otras Entidades altamente evolucionadas, que representan a Su propio grupo kármico individual y a Aquellos Seres que son el resultado de la triple naturaleza del Logos planetario.

Podría decirse que personifican las fuerzas que emanan de los centros coronario, cardíaco y laríngeo. Llegaron con Sanat Kumara a fin de constituir puntos focales de fuerza planetaria y ayudar en el gran plan para el desarrollo autoconsciente de toda vida.

Sus lugares han sido ocupados gradualmente por los hijos de los hombres, a medida que se han capacitado para ello, aunque son muy pocos hasta ahora en nuestra inmediata humanidad terrestre.

Los que forman el grupo interno que rodean al Señor del Mundo, fueron extraídos principalmente de las filas de quienes eran iniciados en la cadena lunar (el ciclo de evolución que precedió al nuestro) o entraron en ciertas corrientes de energía solar determinadas astrológicamente desde otros sistemas planetarios; aunque el número de los que triunfan en nuestra humanidad aumenta rápidamente y desempeñan los cargos subalternos del grupo esotérico central de Seis que, con el Señor del Mundo, constituyen el corazón del esfuerzo jerárquico.

Se ha dicho que en la cabeza de todo hombre hay siete centros de fuerza vinculados con los otros centros del cuerpo, a través de los cuales la fuerza del ego se difunde y circula, desarrollando así el plan.

Sanat Kumara, juntamente con los otros seis Kumaras, mantiene una posición similar. Éstos siete principales constituyen para Él lo que los siete centros de la cabeza para el conjunto corporal. Son los agentes directrices y transmisores de energía, fuerza, propósito y voluntad del Logos planetario en Su propio plano.

Este centro coronario planetario actúa directamente a través de los centros cardíaco y laríngeo y por lo tanto, controla los centros restantes. Esto es una especie de ilustración y el intento de demostrar la relación de la Jerarquía con su fuente planetaria, así como también la estrecha analogía entre el método de la actuación de un Logos planetario y el hombre, el microcosmos.

La decisión del Logos planetario de tomar un cuerpo físico, estimuló extraordinariamente el proceso evolutivo. Por Su encarnación y los métodos que empleó para distribuir las fuerzas, produjo, en un breve ciclo, lo que de otro modo hubiera sido inconcebiblemente lento.

En los días de Lemuria, después del gran descenso de las Existencias espirituales a la tierra, quedó sistematizado el trabajo que proyectaron. Se distribuyeron las funciones,  los procesos evolutivos en todos los sectores de la naturaleza quedaron bajo la sabia y consciente guía de esta Hermandad inicial.

Esta Jerarquía de Hermanos de la Luz existe aún y el trabajo prosigue constantemente. Todos tienen existencia física, ya sean cuerpos físicos densos, tal como lo hacen muchos de los Maestros, o bien cuerpos etéricos, tales como los que utilizan los más excelsos auxiliares y el Señor del Mundo. Es necesario que los hombres recuerden que Ellos tienen existencia física y también deben tener en cuenta que viven con nosotros en este planeta controlando su destino, guiando sus asuntos y conduciendo a todas sus evoluciones hacia la perfección final.

La Sede de esta Jerarquía se halla en Shamballa, un centro en el desierto de Gobi, llamado en los libros antiguos “Isla Blanca”. Existe en materia etérica y cuando la raza de los hombres haya desarrollado la visión etérica en la Tierra se conocerá su ubicación y será aceptada su realidad. Rápidamente se está desarrollando esta visión, como puede observarse en los diarios y en la literatura actual, pero la ubicación de Shamballa será el último de los sagrados lugares etéricos que se revelará, pues su materia es del segundo éter.


Varios Maestros que tienen cuerpo físico viven en los Himalayas en un lugar recluido llamado Shigatsé, lejos de los caminos de los hombres; pero la mayor parte están diseminados en todo el mundo, viven de incógnito, desconocidos en diferentes lugares y en distintas naciones. Cada uno en Su propio lugar constituye un punto focal para la energía del Señor del Mundo, demostrando ser en Su medio ambiente, un distribuidor del amor y de la sabiduría de la Deidad.

Su captación de que la liberación se obtiene mediante el sacrificio de la forma, a través de los fuegos purificadores basta para proporcionarles un firme apoyo y la capacidad de persistir, aún cuando la forma aparente haber sufrido suficientemente y el amor que triunfa sobre todos los obstáculos, esté fundado en la paciencia y la experiencia.


SOBRE LA JERARQUÍA


Aunque el tema de la Jerarquía oculta del planeta despierta un enorme y profundo interés en el hombre común, su verdadera significación, sin embargo, no será comprendida hasta que se reconozcan tres cosas sobre el tema.

Primero, que la entera Jerarquía de seres espirituales representa una síntesis de fuerzas o de energías, conscientemente manejadas para llevar adelante la evolución planetaria. Esto será más evidente a medida que avancemos.

Segundo, estas fuerzas manifestadas en nuestro sistema planetario, por medio de las grandes Personalidades que componen la Jerarquía, vinculan el sistema y todo lo que contiene con la Jerarquía superior llamada solar. Nuestra Jerarquía es una réplica en miniatura de la síntesis mayor de esas Entidades autoconscientes que; manipulan y controlan al Sol, se manifiestan a través de éste, de los siete planetas sagrados y también de otros planetas mayores y menores que componen nuestro sistema solar.

Tercero, esta Jerarquía de fuerzas tiene cuatro líneas de acción predominantes, que son:

1. Desarrollar la autoconciencia en todos los Seres. La Jerarquía trata de proporcionar las condiciones adecuadas para desarrollar la autoconciencia en todos los seres, realizándolo primeramente en el hombre.

2. Desarrollar la Conciencia en los tres Reinos Inferiores. Como es bien sabido, los cinco reinos de la naturaleza en el arco evolutivo pueden definirse de la manera siguiente: mineral, vegetal, animal, humano y espiritual. Estos reinos entrañan algún tipo de conciencia y el trabajo de la Jerarquía consiste en desarrollar dichos tipos hasta la perfección mediante el agotamiento del karma, la acción de la fuerza y la provisión de las correctas condiciones.

3. Trasmitir la Voluntad del Logos planetario. La Jerarquía trasmite a los hombres y a los devas o ángeles, la voluntad del Logos planetario y a través de Él, la del Logos solar. Todo sistema planetario, el nuestro como los demás, es un centro en el cuerpo del Logos, y manifiesta algún tipo de energía o fuerza.

4. Dar el Ejemplo a la Humanidad. El cuarto punto que los hombres deben conocer y comprender como realidad fundamental, es que esta Jerarquía está compuesta por quienes han triunfado sobre la materia y han llegado a la meta por el mismo camino que siguen hoy los individuos. Estas personalidades espirituales, adeptos y Maestros, han luchado y bregado por obtener la victoria y el control en el plano físico, se han enfrentado con los miasmas, brumas, peligros, dificultades, angustias y dolores de la vida diaria. Han hollado cada paso del sendero del sufrimiento, han pasado por todas las experiencias, han superado todas las dificultades y han triunfado.

Actualmente, la Jerarquía es un gran grupo aguerrido que lucha por las almas de los hombres, contra todo lo que bloquea la expansión de la conciencia humana, todo lo que limita la libertad humana y lucha para eliminar esos factores y barreras que militan contra el retorno de Cristo y el surgimiento de la Jerarquía como grupo plenamente activo en la tierra. Nada de débil, vacilante sentimental o neutral, existe en la actitud de la Jerarquía; esto debe ser captado por la humanidad y debe contarse con la fortaleza y la percepción interna y también con el amor de la Jerarquía.

Estos Hermanos Mayores de la humanidad se caracterizan por un perdurable amor, que actúa siempre en bien del grupo; por un conocimiento adquirido en el transcurso de millares de vidas, durante las cuales se abrieron camino desde el fondo de la vida y de la evolución, hasta llegar casi a la cima; por una experiencia basada en el tiempo mismo y en una multiplicidad de reacciones e interacciones de la personalidad; por una valentía, resultado de esa experiencia, que habiendo sido producto de épocas de esfuerzos fracasos y renovados esfuerzos que condujeron finalmente al triunfo, pueden ponerse ahora al servicio de la raza; por un propósito iluminado, inteligente y cooperador, ajustado al grupo y al Plan jerárquico y adaptado a la finalidad del Logos planetario; finalmente, se caracterizan por su conocimiento del poder del sonido.
Esto último es la base del aforismo según el cual los verdaderos esoteristas se distinguen por la característica del conocimiento, de la voluntad dinámica, del valor y del silencio: “saber, querer, osar y callar”. Conociendo bien el plan y teniendo una visión clara y luminosa, pueden aplicar Su voluntad, firme e indesviablemente, al trabajo de creación por medio del poder del sonido. Esto Los conduce a callar donde el hombre común habla, y a hablar donde el hombre común calla.


LOS TRES DEPARTAMENTOS DE LA JERARQUÍA


Como ya se ha afirmado, a la cabeza de todas las actividades, controlando cada unidad y dirigiendo toda evolución, se halla el REY, el Señor del Mundo, Sanat Kumara, el Joven de los Eternos Veranos y el Manantial de la Voluntad (demostrándose como Amor) del Logos planetario.

Colaborando con Él y como Sus consejeros hay tres Personajes llamadas Pratyeka Budas o Budas de Actividad. Estos cuatro Seres encarnan la voluntad activa, amorosa e inteligente. Son el pleno florecimiento de la inteligencia, habiendo logrado en un sistema solar anterior lo que el hombre está ahora tratando de perfeccionar. En anteriores ciclos de este sistema, Ellos comenzaron a demostrar amor inteligente y desde el punto de vista del hombre, el ser humano común, son el amor e inteligencia perfectos, aunque desde el punto de vista de esa Existencia que en Su cuerpo de manifestación abarca también nuestro sistema planetario, ese aspecto amor se halla aún en proceso de desarrollo y la voluntad es sólo embrionaria. Será otro el sistema solar que verá fructificar el aspecto voluntad, así como el amor madurará en el nuestro.

En torno al Señor del Mundo pero separados y ocultos, hay otros tres Kumaras que completan los siete de la manifestación planetaria.

A través de cada uno de Ellos pasa la fuerza vital de uno de los seis rayos y al considerarlos se podría resumir Su trabajo y posición de la manera siguiente:

Cada uno encarna uno de los seis tipos de energía, siendo el Señor del Mundo el que sintetiza y encarna el perfecto séptimo tipo, nuestro tipo planetario.

Cada uno se caracteriza por uno de los seis colores y el Señor del Mundo manifiesta el pleno color planetario, siendo éstos también los seis subsidiarios.

Por lo tanto, Su trabajo no sólo consiste en distribuir la fuerza, concierne a la entrada de los egos que buscan experiencia terrestre en nuestro esquema y que vienen de otros esquemas planetarios.

Cada uno de Ellos está en comunicación directa con uno de los planetas sagrados.

De acuerdo a las condiciones astrológicas y al giro de la rueda planetaria de la vida, así estará activo uno de estos Kumaras. Los tres Budas de actividad cambian de vez en cuando y se trasforman a su vez en exotéricos o esotéricos, según sea el caso. Únicamente el Rey permanece constante y alerta en activa encarnación física.

EL TRABAJO DEL MANU.

El Manu preside el primer grupo.

El trabajo del Manu concierne en gran parte al gobierno, la política planetaria y el establecimiento, dirección y disolución de tipos y formas raciales. A Él se le confía la voluntad y el propósito del Logos planetario. Sabe cuál es el objetivo inmediato para este ciclo de evolución que debe presidir y Su trabajo consiste en hacer cumplir esa voluntad. Trabaja en más estrecha colaboración con los devas constructores, que con Su Hermano el Cristo.

La energía que afluye a través de Él, emana del centro coronario del Logos planetario y Le llega a través del cerebro de Sanat Kumara, que centraliza en Sí toda la energía planetaria. Actúa por medio de la meditación dinámica, llevada a cabo en el centro coronario, produciendo resultados por Su perfecta comprensión de lo que debe realizarse, por Su poder de visualizar lo que debe hacerse para lograr la realización y por Su capacidad de trasmitir energía creadora y destructora a quienes son Sus ayudantes. Todo esto se realiza por el poder de la emisión del sonido.

EL TRABAJO DEL INSTRUCTOR DEL MUNDO, EL CRISTO.

El segundo grupo está presidido el Instructor del Mundo. Es ese gran Ser que los cristianos denominan Cristo

A través de Él fluye la energía del segundo aspecto que Le llega directamente desde el centro cardíaco del Logos planetario, a través del corazón de Sanat Kumara. Actúa por la meditación centrada en el corazón. Es el Instructor del Mundo, el Maestro de Maestros y el Instructor de Ángeles, y se Le ha confiado la guía de los destinos espirituales de los hombres y el despertar del reconocimiento de que cada ser humano es una criatura de Dios y un hijo del Altísimo

EL TRABAJO DEL SEÑOR DE LA CIVILIZACIÓN, EL MAHACHOHAN.

El Mahachohan encabeza el tercer grupo

Su trabajo es fomentar y fortalecer la relación entre espíritu y materia, vida y forma, yo y no yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización. Maneja las fuerzas de la naturaleza, y es en gran parte la fuente emanante de energía eléctrica, tal como la conocemos.

Por ser reflejo del tercer aspecto o creador, la energía del Logos planetario fluye hacia Él desde el centro laríngeo y es quien de muchas maneras hace posible el trabajo de Sus hermanos. Le presentan Sus planes y deseos y por Su intermedio llegan las instrucciones a un gran número de agentes dévicos.

Así tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia, representados en estos tres Grandes Señores.
Tenemos el yo y el no yo, y su relación sintetizada en la unidad de la manifestación; tenemos gobierno racial, religión y civilización, constituyendo un todo coherente, y la manifestación física, el aspecto amor o deseo, y la mente del Logos planetario, exteriorizándose en objetividad. Entre estas tres Personalidades existe la más íntima colaboración y unidad,  todo movimiento, plan y acontecimiento tienen su existencia en Su previo conocimiento unido. Están en continuo contacto con el Señor del Mundo en Shamballa, la dirección de todos los asuntos descansa en sus manos y en las del Manu de la cuarta raza raíz. El Instructor del Mundo ocupa Su lugar, en conexión con las razas raíces cuarta y quinta.

Cada uno de estos guías departamentales dirige cierto número de cargos subsidiarios, y el departamento del Mahachohan está dividido en cinco secciones, que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico.

A las órdenes del Manu trabajan los regentes de las distintas divisiones del mundo.

El Instructor del Mundo preside el destino de las grandes religiones por medio de un grupo de Maestros e Iniciados que dirigen las actividades de las diferentes escuelas de pensamiento.

En el departamento del Mahachohan, gran número de Maestros en quíntuple división, trabaja con la evolución dévica y el aspecto inteligencia del hombre. Corresponde a los cuatro rayos menores de atributo:

1. el rayo de armonía o belleza.
2. El rayo de ciencia concreta o conocimiento.
3. El rayo de devoción o idealismo abstracto.
4. El rayo de ley ceremonial o magia.

Así como los tres guías de departamentos representan los tres rayos mayores de:

1. Voluntad o poder.
2. Amor o sabiduría.
3. Inteligencia activa o adaptabilidad.

Los cuatro rayos o atributos de la mente, con el tercer rayo de la inteligencia, están sintetizados por el Mahachohan y constituyen la totalidad del quinto principio de la mente a manas.

LAS DIVISIONES DE LAS JERARQUÍAS ESPIRITUALES

Hemos considerado parcialmente los cargos superiores en las filas de la Jerarquía de nuestro planeta. Ahora trataremos lo que se podría llamar las dos divisiones en que están distribuidos los miembros restantes. Forman, literalmente, dos Logias dentro de un conjunto mayor:

1. La Logia. Constituida por iniciados que han pasado la quinta iniciación y un grupo de devas o ángeles.

2. La Logia Azul. Constituida por iniciados de la tercera, cuarta y quinta iniciaciones.

Inferior a éstos hay un gran grupo de iniciados de la primera y segunda iniciaciones y luego los discípulos de toda graduación. Los discípulos se consideran afiliados a la Logia pero no miembros de la misma. Finalmente vienen los que están en probación y esperan ser afiliados mediante arduos esfuerzos.

Desde otro punto de vista, podemos considerar que los miembros de la Logia forman siete grupos, representando cada uno de ellos un tipo de la séptuple energía planetaria que emana del Logos planetario. La triple división ha sido dada al principio, porque en la evolución tenemos siempre los tres mayores (que se manifiestan a través de los tres departamentos) y luego los siete que se presentan como una triple diferenciación y un septenario. Los estudiantes deben recordar que todo lo que aquí se imparte se refiere al trabajo de la Jerarquía, en conexión con el cuarto reino o humano y especialmente a esos Maestros que trabajan con la humanidad. Si se tratara de la evolución dévica, la clasificación y división serían totalmente distintas.

Además, hay ciertos aspectos del trabajo jerárquico que afectan, por ejemplo, al reino animal; este trabajo pone en actividad a seres, trabajadores y adeptos, totalmente diferentes de los servidores del cuarto reino o reino humano. Por lo tanto, deben recordar cuidadosamente que estos detalles son relativos y que el trabajo y el personal de la Jerarquía son infinitamente más grandes e importantes de lo que pueden parecer en una lectura superficial de estas páginas. En verdad, se trata de lo que podría ser considerado como Su trabajo primario pues al servir al reino humano nos ocupamos de la manifestación de los tres aspectos de la divinidad pero los demás departamentos son interdependientes y el trabajo progresa como un todo sintético.

Los trabajadores o adeptos, que se ocupan de la evolución de la familia humana, son sesenta y tres, si se tienen en cuenta los tres grandes Señores, para llegar a formar los nueve veces siete, necesarios para el trabajo. De éstos, cuarenta y nueve trabajan exotéricamente, si puede expresarse así, y catorce se ocupan más esotéricamente de la manifestación subjetiva. Muy pocos de Sus nombres son conocidos por el público y en muchos casos no sería prudente revelar quiénes son, dónde viven y cuál es Su particular esfera de actividad. Una pequeña minoría, debido al karma grupal y a la disposición de sacrificarse, en los últimos cien años han sido conocidos por el público y en lo que a Ellos respecta puede darse cierta información. En la actualidad muchas personas, independientemente de cualquier escuela de pensamiento, son conscientes de su existencia y el reconocimiento de que aquellos a quienes conocen personalmente trabajan en un gran esquema de esfuerzo unificado, puede alentar a estos verdaderos conocedores,  testimoniar su conocimiento y establecer así, más allá de toda controversia, la realidad de Su trabajo. Ciertas escuelas de ocultismo y orientación teosófica han pretendido ser las únicas depositarias de Sus enseñanzas y la única exteriorización de Sus esfuerzos, limitando, en consecuencia, lo que Ellos hacen y formulando premisas que el tiempo y las circunstancias no corroborarán. Trabajan ciertamente por medio de tales grupos de pensadores y ponen la mayor parte de sus fuerzas en la tarea de tales organizaciones; sin embargo, tienen Sus discípulos y Sus adictos en todas partes, trabajando a través de muchos grupos y aspectos de la enseñanza. En todo el mundo, los discípulos de estos Maestros han encarnado en esta época con el único fin de participar en las actividades, tareas y difusión de la verdad de las distintas iglesias, ciencias y filosofías, produciendo así, dentro de la organización misma, una expansión, una extensión y la desintegración necesaria, que de otra forma resultaría imposible. Sería conveniente que todo estudiante de esoterismo conociera estos hechos y cultivara la capacidad de reconocer la vibración jerárquica tal como se manifiesta a través de los discípulos, en los lugares y grupos más inverosímiles.


En lo que respecta al trabajo de los Maestros a través de sus discípulos, debería explicarse un punto, y es que las diversas escuelas de pensamiento, fomentadas por la energía de la Logia, son fundadas en cada caso por uno o varios discípulos y sobre ellos y no sobre el Maestro recae la responsabilidad de los resultados y el karma consiguiente. El procedimiento es más o menos el siguiente: El Maestro revela al discípulo el objetivo que se propone realizar en un breve ciclo inmediato y le sugiere la conveniencia de tal o cual desarrollo. El trabajo del discípulo consiste en asegurarse el mejor método para obtener los resultados deseados y en formular planes por medio de los cuales obtener cierto éxito. Entonces inicia sus proyectos, funda su sociedad u organización y difunde la enseñanza necesaria. Sobre él recae la responsabilidad de elegir colaboradores apropiados, trasmitir el trabajo a los más capacitados y presentar debidamente la enseñanza. Todo lo que hace el Maestro es observar el esfuerzo con interés y simpatía; mientras tanto el discípulo mantiene su elevado ideal inicial y sigue su camino con puro altruismo.

El Maestro no es culpable si el discípulo muestra falta de discernimiento en la elección de colaboradores o evidencia incapacidad para representar la verdad. Si lo hace bien y el trabajo progresa, como es de desear, el Maestro continuará impartiendo Su bendición sobre el esfuerzo. Si fracasa y sus sucesores se apartan del impulso original, difundiendo así toda clase de errores, el Maestro, con amor y simpatía, omitirá esa bendición, retendrá Su energía y dejará de estimular aquello que es mejor que desaparezca. Las formas van y vienen y el interés del Maestro y Su bendición fluirán a través de un canal u otro; el trabajo puede continuar por cualquier medio, pero siempre la fuerza de la vida persistirá, destruyendo la forma allí donde sea inadecuada o utilizándola cuando satisfaga la necesidad inmediata.

ALGUNOS MAESTROS Y SU TRABAJO.

En el primer gran grupo del cual el Manu es el Guía, se hallan dos Maestros:

MAESTRO JÚPITER Y EL MAESTRO MORYA.

Ambos han trascendido la quinta Iniciación.

El Maestro Júpiter, que además es Regente de la India, es considerado el más antiguo por toda la Logia de Maestros. Habita en las colinas de Nilgherry, en el sur de la India, y es uno de los Maestros que generalmente no aceptan discípulos, pues figuran entre éstos sólo iniciados de grado superior y un buen número de Maestros. En sus manos están las riendas del gobierno de la India, incluyendo gran parte de la frontera norte, y sobre Él recae la ardua tarea de guiar finalmente a este país, para que salga del presente caos e intranquilidad y sus diversos pueblos se fusionen en una síntesis final.



El Maestro Morya, uno de los adeptos orientales más conocidos, reúne entre Sus discípulos a un gran número de europeos y americanos; es un príncipe Rajput, que durante muchas décadas ocupó una posición prominente en los asuntos de la India. Actúa en estrecha colaboración con el Manú y oportunamente será el Manú de la sexta raza raíz. Vive, como Su Hermano K.H., en Shigatsé, en los Himalayas, y es una figura muy conocida por los habitantes de esa lejana villa. Es un hombre alto y de presencia imponente, de cabello y barba negros y ojos oscuros, y Su aspecto podría considerarse severo, si no fuera por la expresión de Sus ojos. Él y Su Hermano, el Maestro K.H., trabajan casi como una unidad, y así lo han hecho durante siglos y lo harán en el futuro, pues el Maestro K.H. está preparado para ocupar el puesto de Instructor del Mundo, cuando el actual titular lo deje para realizar un trabajo más elevado, y venga a la existencia la sexta raza raíz. Las casas que habitan están juntas y gran parte del tiempo trabajan en estrecha asociación.

Como el Maestro M. pertenece al primer rayo, el de la Voluntad y Poder, Su trabajo consiste en gran parte en llevar a cabo los planes del actual Manú. Actúa como inspirador de los estadistas del mundo; maneja, por medio del Mahachohan, las fuerzas que producirán las condiciones necesarias para el progreso de la evolución racial. En el plano físico, los grandes ejecutivos nacionales con ideales internacionales y amplia visión, están influidos por Él, y con Él cooperan ciertos grandes devas del plano mental; tres grandes grupos de ángeles trabajan también con Él en niveles mentales, en unión con devas menores que vitalizan formas mentales y, en bien de toda la humanidad, mantienen vivas las formas mentales de los Guías de la raza.

El Maestro M, tiene un gran grupo de discípulos bajo su instrucción, trabaja con muchas organizaciones esotéricas y también por medio de los políticos y estadistas del mundo.

EL MAESTRO KOOT HUMI.

El Maestro Koot Humi, muy conocido en Occidente, tiene muchos discípulos en todas partes, es oriundo de Cachemira y Su familia originalmente procedió de la India. Es también un Iniciado de alto grado y pertenece al segundo rayo de Amor Sabiduría. Es de noble presencia y alta estatura, aunque algo menos corpulento que el Maestro M.; de tez blanca, cabello y barba color castaño dorado y ojos de un maravilloso azul profundo, a través de ellos parece fluir el amor y la sabiduría de las edades. Tiene una gran experiencia y una vasta cultura; fue originalmente educado en una de las Universidades británicas y habla correctamente el inglés. Lee mucho, y los libros de todas las literaturas en diversos idiomas, llegan a Su estudio en el Himalaya. Se ocupa principalmente de la vitalización de ciertas grandes tendencias filosóficas y Se interesa por algunas organizaciones filantrópicas. Le corresponde, en gran parte, el trabajo de estimular la manifestación del amor, latente en el corazón de todos los hombres, y despertar en la conciencia de la raza, la percepción del gran hecho fundamental de la hermandad.

Actualmente el Maestro M., el Maestro K. H. y el Maestro Jesús, están íntimamente interesados en el trabajo de unificar, hasta donde sea posible, el pensamiento oriental y el occidental, de modo que las grandes religiones orientales, con el último desarrollo alcanzado por el credo cristiano en todas sus ramificaciones, puedan beneficiarse mutuamente. Se espera que de este modo venga a la existencia la gran Iglesia Universal.

EL MAESTRO JESÚS


El Maestro Jesús, punto focal de la energía que fluye a través de las distintas iglesias cristianas, ocupa actualmente un cuerpo sirio y vive en algún lugar de Tierra Santa. Viaja mucho y pasa largas temporadas en diversas partes de Europa. Trabaja más especialmente con las masas que con los individuos, aunque ha reunido a Su alrededor un numeroso grupo de discípulos. Pertenece al sexto rayo de Devoción o Idealismo Abstracto, y Sus discípulos se caracterizan frecuentemente por ese fanatismo y devoción que se manifestó en los mártires de los primitivos tiempos cristianos. Es de apariencia marcial, exige disciplina, es un hombre de voluntad y dominio férreos. Alto y delgado, de rostro largo y fino, pelo negro, tez pálida y penetrantes ojos azules. Su trabajo actual es de gran responsabilidad, pues le fue asignada la tarea de orientar el pensamiento occidental, para sacarlo de su actual estado de intranquilidad y llevarlo a las pacíficas aguas de la certidumbre y del conocimiento, preparando así el advenimiento, en Europa y América, del Instructor del Mundo. Es muy conocido en la historia bíblica, apareciendo primero como Joshua, el hijo de Nun; luego aparece nuevamente en los tiempos de Ezra, como Jeshua, recibiendo la tercera iniciación, que en el Libro de Zacarías es relatada como la de Joshua, en el Evangelio es conocido por dos grandes sacrificios, aquel en que entregó Su cuerpo para que el Cristo lo utilizara y el de la gran renunciación, característica de la cuarta iniciación. Como Apolonio de Tiana, recibió la quinta iniciación y Se convirtió en Maestro de Sabiduría. Desde entonces permaneció y actuó en la Iglesia Cristiana, fomentando el germen de la verdadera vida espiritual entre los miembros de las sectas y divisiones, neutralizando en lo posible los errores y equívocos de clérigos y teólogos. Es netamente el gran Líder, el General y el Sabio ejecutivo, y en los asuntos de las iglesias coopera estrechamente con el Cristo, ahorrándole mucho trabajo y actuando como Su intermediario, cuando es posible. Nadie como Él conoce tan profundamente los problemas de Occidente; nadie está tan íntimamente en contacto con quienes representan mejor las enseñanzas cristianas, y nadie conoce tan bien la necesidad del momento actual. Algunos eminentes prelados de las iglesias Anglicana y Católica son Sus agentes.

EL MAESTRO DJWAL KHUL O MAESTRO D. K.

El Maestro Djwal Khul o Maestro D. K., como se lo llama frecuentemente, es otro adepto del segundo rayo de Amor Sabiduría, el último de los adeptos que pasaron la iniciación, pues recibió la quinta iniciación en 1875; conserva el mismo cuerpo de entonces; la mayoría de los Maestros la recibieron en cuerpos anteriores, su cuerpo de origen tibetano no es joven. Está dedicado al Maestro K. H. y vive en una casita cercana a la de este Maestro. Por Su disposición a servir y a hacer cuanto sea necesario, ha sido llamado “el Mensajero de los Maestros”. Es muy culto y tiene más conocimiento acerca de los rayos y de las Jerarquías planetarias del sistema solar, que ningún otro Maestro. Trabaja con quienes se dedican a la curación y coopera en los grandes laboratorios del mundo en forma desconocida e invisible, con los buscadores de la verdad, con todos los que tratan definidamente de curar y aliviar al mundo y con los grandes movimientos filantrópicos mundiales, tales como la Cruz Roja. Se ocupa de los discípulos de los distintos Maestros, que pueden aprovechar su instrucción, y en los últimos diez años ha aliviado, en gran parte, el trabajo de enseñanza de los Maestros M. y K. H., tomando a Su cargo, por determinado tiempo, algunos de Sus aspirantes y discípulos. También trabaja mucho con ciertos grupos de devas del éter, que son devas sanadores y colaboran así con Él en el trabajo de remediar algunos males físicos de la humanidad. Dictó gran parte de la monumental obra La Doctrina Secreta, y le hizo ver a H. P. Blavatsky muchas ilustraciones y datos que aparecen en ese libro.

EL MAESTRO RAKOCZI

El Maestro Rakoczi se ocupa especialmente del futuro desarrollo de los asuntos raciales de Europa y del desarrollo mental en América y Australia. Es húngaro, tiene su hogar en los Cárpatos, habiendo sido en un momento dado una figura muy conocida en la corte húngara. Se pueden encontrar referencias en antiguos libros de historia, fue particularmente conocido como el Conde de Saint Germain, anteriormente como Roger Bacon y después como Francis Bacon. Es interesante observar que, a medida que el Maestro R. se hace cargo de los asuntos de Europa, en los planos internos, el nombre de Francis Bacon se hace más público en la controversia Bacon Shakesperiana. Es más bien bajo y delgado, con barba negra y puntiaguda y cabello lacio y negro. No acepta tantos discípulos como los Maestros ya mencionados. En la actualidad dirige la mayoría de los discípulos de tercer rayo de Occidente, juntamente con el Maestro Hilarión, pertenece al séptimo rayo de Magia u Orden Ceremonial, y actúa principalmente por medio del ritual y el ceremonial esotéricos; tiene vital interés por los efectos hasta ahora no reconocidos del ceremonial francmasón, el de las diversas fraternidades y el de todas las iglesias. En la Logia se lo llama generalmente “el Conde” y en América y Europa actúa prácticamente como director general, en la realización de los planes del consejo ejecutivo de la Logia. Algunos Maestros forman un grupo interno alrededor de los tres Grandes Señores, y se reúnen en concilio con mucha frecuencia.

EL MAESTRO HILARIÓN.

El Maestro Hilarión pertenece al quinto rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia, y en una encarnación anterior fue Pablo de Tarso. Tiene cuerpo cretense, pero pasa gran parte de su tiempo en Egipto. Dio al mundo el tratado ocultista llamado Luz en el Sendero y Su trabajo resulta particularmente interesante, para el gran público, en la crisis actual, pues trabaja con quienes desarrollan la intuición,  controla y trasmuta los grandes movimientos que tienden a descorrer el velo de lo invisible. Su energía estimula a través de Sus discípulos a los grupos de investigadores síquicos, y fue quien inició, mediante varios de Sus discípulos, el movimiento espiritista. Tiene en observación a todos los síquicos de orden superior y los ayuda a desarrollar sus poderes para bien del grupo; trabaja juntamente con algunos devas en el plano astral, para abrir, a los buscadores de la verdad, ese mundo subjetivo que está tras de la materia grosera.

Poco puede decirse sobre los dos Maestros ingleses. No aceptan discípulos en el sentido en que lo hacen los Maestros K. H. y M. Uno reside en Gran Bretaña, tiene a Su cargo la dirección definitiva de la raza anglosajona y trabaja en los planes del desarrollo y la evolución futuros. Está tras el movimiento laborista de todo el mundo, transmutándolo y dirigiéndolo, y de la actual creciente oleada de la democracia. De la inquietud democrática, y del caos y la confusión actuales, surgirá la futura condición mundial, que tendrá como nota clave la cooperación, no la competencia; la distribución, no la centralización.

MAESTRO SERAPIS BEY

Maestro Serapis Bey, frecuentemente llamado el Egipcio. Pertenece al cuarto rayo, y de Él reciben enérgico impulso los grandes movimientos artísticos del mundo, la evolución de la música, de la pintura y del teatro. Actualmente dedica la mayor parte de Su tiempo y atención al trabajo de la evolución dévica o angélica, hasta que, mediante Su ayuda, sea posible hacer la gran revelación en el mundo de la música y de la pintura, en un futuro inmediato. No es posible agregar algo más acerca de Él ni revelar Su lugar de residencia.

El Maestro P. trabaja bajo la dirección del Maestro R. en Norteamérica; tuvo mucho que ver esotéricamente con las distintas ciencias mentales, como la Ciencia Cristiana y el Nuevo Pensamiento, constituyendo ambas un esfuerzo de la Logia en el afán de enseñar a los hombres la realidad de lo invisible y el poder, creador de la mente. Su cuerpo es irlandés; pertenece al cuarto rayo, y no puede ser revelado el lugar de Su residencia. Tomó a su cargo gran parte del trabajo del Maestro Serapis cuando Éste se ocupó de la evolución dévica.

EL TRABAJO ACTUAL

Serán tratados aquí ciertos hechos que se refieren a dichos Maestros y a Su trabajo presente y futuro. Primero, el trabajo de entrenar a Sus aspirantes y discípulos, para que sean de utilidad en dos grandes acontecimientos: uno, LA VENIDA DEL INSTRUCTOR DEL MUNDO a mediados o a fines del presente siglo, y otro, LA FUNDACIÓN DE LA NUEVA SEXTA SUB-RAZA con la reconstrucción de las actuales condiciones del mundo. Por ser la nuestra la quinta su-braza de la quinta raza raíz, es muy grande la presión del trabajo en los cinco rayos de la mente, controlados por el Mahachohan. Dado que los Maestros soportan una carga muy pesada, gran parte de Su trabajo de enseñar a los discípulos ha sido delegado a iniciados y discípulos avanzados, y algunos de los Maestros de los rayos primero y segundo, se han hecho cargo temporariamente de los aspirantes en el departamento del Mahachohan.

Se debe preparar al mundo en amplia escala para la venida del Instructor mundial, y deben darse los pasos necesarios antes de que muchos de Ellos se manifiesten entre los hombres, y lo harán a fines de este siglo. Ya se está formando un grupo especial que se prepara expresamente para este trabajo. El Maestro M., el Maestro K. H. y el Maestro Jesús, se ocuparán especialmente de este movimiento, hacia fines de este siglo. Otros Maestros participarán también, pero los tres mencionados anteriormente son Aquellos con cuyos nombres y cargos la gente debe en lo posible familiarizarse.
Otros dos Maestros están especialmente relacionados con el séptimo rayo o ceremonial y Su trabajo particular es supervisar el desarrollo de ciertas actividades, dentro de los próximos quince años, bajo la dirección del Maestro R. Puede asegurarse definitivamente que antes de la venida de Cristo se hará lo necesario para que esté al frente de las grandes organizaciones un Maestro o un iniciado que haya recibido la tercera iniciación. Maestros e iniciados estarán al frente de ciertos grandes grupos ocultistas de francmasones del mundo y de diversos sectores de la iglesia en muchas de las grandes naciones. Este trabajo de los Maestros se está realizando ya y todos Sus esfuerzos tienden a una exitosa culminación. En todas partes Ellos reúnen a quienes de una u otra manera demuestran la tendencia a responder a las altas vibraciones, tratando de forzarlas y adaptarse a ellas, a fin de ser útiles en el momento de la venida de Cristo. Grande es el día de la oportunidad cuando llegue ese momento, porque debido a la enorme fuerza vibratoria, que entonces presionará sobre los hijos de los hombres, quienes realizan ahora el trabajo necesario, podrán dar un gran paso hacia adelante y franquear el portal de la Iniciación.


¿QUÉ ES LO QUE TENEMOS QUE REVELAR A LA HUMANIDAD SOBRE LA JERARQUÍA ESPIRITUAL?

Nuevamente, como siempre, el Tibetano tiene algo muy importante que decirnos a los discípulos:
“La clave para la Jerarquía y Su reaparición en la Tierra en forma física y la consiguiente materialización del reino de Dios entre los hombres es la simple verdad del Dios Inmanente. Ésta es la clave para el proceso evolutivo y la eterna esperanza de todas las formas en todos los reinos de la naturaleza. Ésta es la verdad central, la verdad convincente y la verdad reveladora, que subyacerá en toda información acerca de la Jerarquía y será divulgada por la generación venidera de discípulos. Si esta verdad es real y posible de demostrar, entonces se probará la realidad de la Jerarquía y será establecida la autenticidad de la eterna existencia del reino de Dios en la Tierra”.
El Tibetano continúa diciendo que posteriormente la enseñanza sobre Dios trascendente será enfatizada de nuevo, de modo que Dios Inmanente y Dios Trascendente se perciban como las dos mitades de una Totalidad perfecta. Con esta perspectiva podemos ver que muchas enseñanzas y movimientos espirituales actuales, que enfatizan el poder divino innato del individuo para superar toda suerte de adicciones, problemas y crisis son una etapa necesaria para revelar la realidad de la Jerarquía.

¿QUÉ MÁS NECESITAMOS REVELARLE A LA HUMANIDAD SOBRE LA JERARQUÍA ESPIRITUAL, DE ACUERDO CON EL TIBETANO?

Se debe enfatizar la evolución de la humanidad poniendo especial atención en su meta, su perfección por medio del control del instrumento, la personalidad, por acción del alma iluminadora.

Se debe enseñar sobre la relación del alma individual con todas las almas y con el reconocimiento de que el largamente esperado reino de Dios es simplemente la aparición de hombres y mujeres controlados por el alma en la vida cotidiana y en todas las etapas de este control.

Partiendo del reconocimiento de esta relación, se puede deducir la realidad de la Jerarquía espiritual y enfatizar la normalidad de su existencia.  Se hará evidente el hecho de que el Reino de Dios siempre ha estado presente pero ha permanecido sin ser reconocido, debido a que todavía pocas personas expresan su cualidad.

Cuando el reconocimiento de la Jerarquía espiritual sea general, esta idea y el buen sentido atestiguarán la realidad de la presencia de Aquellos que han logrado la meta; Su demostración de la divinidad será considerada algo normal y constituirá un objetivo universal y la garantía de la realización futura de la humanidad; los grados de esta expresión divina se pueden determinar en su variación desde el discípulo en probación hasta el Cristo.

De este modo, gradualmente la idea o concepto de la existencia, en presencia corporal, de los Maestros, será inculcada y aceptada constantemente y se desarrollará una nueva actitud hacia el Cristo.

Vendrá el momento en que se aceptará la realidad de la presencia del Cristo en la tierra como Guía de la Jerarquía y Director del Reino de Dios.  Los hombres se darán cuenta de la verdad de la aseveración, revolucionaria actualmente, de que en ningún momento Él ha abandonado la tierra.

También se hará un creciente énfasis en el desarrollo del Plan y los hombres y mujeres serán conducidos a este reconocimiento por medio del estudio de la evolución de la familia humana, a través de una reflexión profunda de los procesos históricos y el análisis comparativo de las civilizaciones y culturas antiguas y modernas.

El Tibetano continúa diciendo que la humanidad puede y debe aceptar fácilmente la unidad de todas las creencias cuando se presente correctamente la relación entre el Buda y el Cristo; entonces la imagen de un Cristo que exige una posición única, excluyendo a todos los otros Hijos de Dios, se desvanecerá en la maravilla de los numerosos Hijos de Dios, en los diferentes rayos, de diferentes nacionalidades y con diversas misiones, serán percibidos como guía histórica de la humanidad por el sendero del desarrollo divino hacia Dios, la Fuente. Todo esto es una afirmación clara de lo que podemos esperar y cómo debemos revelar la Jerarquía espiritual a la humanidad y que depende de nosotros realizar el trabajo necesario.

¿CÓMO SE NOS REVELA LA JERARQUÍA?

Para conocer a la Jerarquía, primero debemos capacitarnos volviéndonos, en nuestro propio mundo, tan semejantes a ellos como nos sea posible.  Para atraer a los Maestros a nuestro medio, debemos crear un grado suficiente de semejanza a Ellos, de modo que exista una reserva de energía amorosa y pensamiento iluminado en los tres mundos, con la cual Ellos puedan trabajar. Esto significa que debemos vivir una vida de discípulo de las enseñanzas esotéricas de los Maestros y cumplir con todos los requisitos establecidos eternamente, no siendo los menores el olvido de sí mismo, la inofensividad y la correcta palabra.

También nos capacitamos aprendiendo a separar lo esencial de lo no esencial en nuestra vida y a dar absoluta prioridad al trabajo espiritual en lugar de dejarlo para el tiempo libre, ¡que generalmente se reduce cuando se acerca el momento de trabajar!  Ser un discípulo generalmente significa colocar lo primero en primer lugar; colocar a Dios y Su Plan en primer lugar en nuestras vidas, sabiendo que al hacerlo, todo lo demás cae dentro de la Divina Ley y el orden correcto. Esto significa que como discípulos debemos registrar la realidad del Plan como una esencia divina cuya manifestación depende de la cooperación consciente de los seres humanos. Ser un discípulo significa desarrollar una actitud que Alice A. Bailey describió como “desesperada necesidad de servir a la humanidad sin importar a qué costo”.

Uno de los grandes retos, a medida que avanzamos en medio de una era de descomposición de todas las formas inútiles y caducas de pensar y de vivir que se desmoronan a nuestro alrededor, es la necesidad de ser un faro de osadía.  El temor obstruye el paso de la luz, bloquea el razonamiento sensato (como se puede apreciar en nuestra actual crisis política) y el temor es una barrera para recibir y utilizar la luz. Los discípulos deben ser puntos de luz osada y también tener abnegación y desapego en lo que se refiere al actual ciclo de muerte y destrucción.

Cuando la humanidad haya agotado su deseo de venganza y violencia con ciclos de guerra y terror, entonces tendremos la esperanza de inaugurar una nueva era de paz, armonía, justicia y amor. Aunque debemos atravesar este periodo de Gran ajuste de Cuentas, cuando se hace el balance cósmico y kármico y se nos pasa la factura a cada grupo y nación individual, debemos aprender a permanecer con los ojos abiertos y sin temor durante esta época.

Ser un discípulo de los Maestros también significa que por medio del servicio se desarrolla una comprensión de cuál es nuestra contribución particular al Plan. En otras palabras, el discípulo medita, se alinea con el Alma y le pide ayuda al Maestro para comprender cuál es su función dentro del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Y cuando conozca su función, su contribución particular, ¡aprende a hacerlo bien!  Esto significa dedicar cada momento a refinar su manera de servir más amorosa, hábil y poderosamente al vasto clamor de la necesidad humana de amor, significado y propósito superior.

Cuando un discípulo comienza a hacer esto, comienza a tener influencia, y como dijo Alice Bailey, “los diferentes grados internos de discipulado se caracterizan por el rango de influencia”. Por lo tanto, si usted se pregunta cuál es su etapa en el discipulado, examine cuál es su influencia en el mundo.  Un discípulo aceptado influencia a cientos de personas, un discípulo mundial a miles y un gran iniciado o Maestro a millones.

ENTONCES, ¿CÓMO PODEMOS RESUMIR LOS REQUISITOS DEL DISCIPULADO PARA COOPERAR CON LA JERARQUÍA?


  • Capacidad para amar a la humanidad más que a sí mismo.
  • Disposición para trascender el orden mundano a los fines de servir a lo sagrado.
  • Capacidad para liberar la mente de la prisión de los pequeños conceptos y percibir la gloria de la totalidad.
  • Capacidad entrenada para amar que produce capacidad para abarcar las dualidades y diferencias.
  •  Implacable voluntad para superar todos los obstáculos y lograr las metas espirituales actuales.
  • Capacidad desarrollada para adaptarse a la vida grupal y a los cambiantes requisitos de nuevos campos de responsabilidad.
  •  Capacidad para mantener presente la meta superior y el servicio al mismo tiempo que se atienden los deberes y responsabilidades de la vida actual.
Entonces, si queremos ser útiles a la Jerarquía y Sus planes que nos han sido revelados, tenemos que servir y enfocarnos en la HUMANIDAD.


¿CÓMO COOPERAMOS CON LA JERARQUÍA Y LA REVELAMOS A LA HUMANIDAD?

Para cooperar con la Jerarquía no tenemos que ser perfectos, y muchas personalidades que están trabajando con la Jerarquía no lo son; pero tenemos que cumplir en cierto grado con los requisitos del discipulado y tener el poder de y el énfasis en servir a la humanidad.  Entonces la Jerarquía empieza a revelársenos.  Su luz, amor y poder fluye a través nuestro hacia la humanidad con mayor dinamismo y potencia.

En el momento oportuno, cuando nos hayamos olvidado de nosotros mismos en el servicio, y no nos preocupemos más por tales contactos, la Jerarquía se revelará a nosotros en cualquier nivel que sea adecuado para la realización que hemos alcanzado y nuevo servicio. Esto significa que usted, o su grupo, pueden tener un contacto interior en la meditación con un discípulo del Ashrama del Maestro; o que un Maestro puede darse a conocer a usted, o que usted puede encontrarse con un discípulo mayor en el mundo en el transcurso de su servicio.

Para que esto ocurra, debemos refinar nuestros vehículos en el servicio, estar abiertos a las posibilidades, atentos a los espejismos potenciales y atrevernos a aceptar lo que puede ser digno de Su guía y apoyo. Porque el discípulo que acepta (que acepta la responsabilidad que dicha relación implica para el Ashrama y el Maestro) es aquel que se convierte en discípulo aceptado.

¡Y aquí es cuando comienza un nuevo nivel de pruebas! Como discípulos podemos tener experiencias internas que podemos considerar como posibles comunicaciones de un discípulo mayor o hasta de un Maestro.  Algunos discípulos huyen despavoridos ante esas experiencias por temor a ser presas del espejismo y piensan que nunca se puede saber si esas experiencias son reales o no. Otros discípulos están ávidos de asumir que cualquier experiencia interna es una confirmación de han sido elegidos por el Maestro para una gran tarea, cuando a menudo su servicio externo no muestra esa potencia o influencia para justificar la atención jerárquica.

Los verdaderos discípulos deben permanecer dispuestos a evaluar sus experiencias internas empleando su discernimiento e intuición entrenada, y también ensayar cualquier dirección o guía en el crisol ardiente de la vida cotidiana.  No debemos sobre o sub-valorarnos, sino evaluar con claridad quiénes somos, de qué somos capaces y cómo podemos servir mejor al Plan. Si mantenemos esto presente, podremos evitar la doble trampa dualista de la excesiva humildad, que a menudo nos sirve de escape para no asumir la responsabilidad espiritual que por derecho nos pertenece; o un ensoberbecimiento motivado por un deseo inconsciente de reconocimiento, poder e influencia.  Como siempre, el móvil es la clave, y cuando nuestra motivación, como individuos o como grupo dedicado, es verdaderamente amar, servir y elevar a la humanidad y meditar y llevar el Plan a la existencia, entonces crece nuestra fuerza y capacidad para trabajar en forma cooperativa con la Jerarquía.





Fuentes:
Libro Iniciación Humana y Solar. (Alice A. Bailey)
Extracto adaptado de: Los Rayos y las Iniciaciones, pp. 214/5 


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