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lunes, 4 de julio de 2016

SUPERAR EL PASADO



Nos pasa a muchos. Somos esclavos del pasado. Una y otra vez retomamos lo que pasó alguna vez – positivo o negativo – y añoramos y sufrimos aquello que teníamos o vivimos en otros tiempos.

En algunas ocasiones, recordar el pasado nos llena de sonrisas y satisfacción, pero en otros casos nos puede hacer revivir tristezas, frustraciones y desesperación.

A menudo, especialmente cuando se trata de un pasado traumático, el estar atados a lo que pasó nos afecta grandemente el presente y futuro, y no nos permite movernos hacia mejores y más felices momentos.


¿Cómo superar el pasado entonces?

Cada quien tiene un proceso diferente, y hay casos tan dolorosos en que este proceso no es simple. Sin embargo, es posible y todo empieza con la intención. Si usted realmente quiere sobreponerse a experiencias pasadas, ya ha tomado el primer paso hacia un presente y futuro más feliz.

Estas son unas cuantas recomendaciones:

El pasado ya no existe. Una frase tan simple e incluso tan obvia, pero que a muchos se nos olvida. Por mucho que hayamos sufrido en el pasado, la realidad es que ahora, en este momento, somos libres de esas experiencias. Aun si sufrimos las consecuencias de lo que nos haya pasado, no debemos permitirnos recrear emociones que van atadas a un evento que ya no nos está ocurriendo. Si al recordar el pasado recrea sentimientos de ira, angustia, dolor o desesperación, tome una pausa. Reconozca que estas emociones son “prestadas” y que en este momento mismo la fuente de dichas emociones ya no es una realidad - a menos que usted lo permita. Regocíjese en este pensamiento – en este momento, mientras usted está sentado leyendo estas palabras, todo está bien. Aplíque este proceso cada vez que se encuentre sufriendo por algo que ya pasó.




Trabaje el arrepentimiento. ¿De qué sirve pensar en lo que pudo ser o hacer? ¿Cambiará eso realmente el pasado? ¿De qué le sirve buscar fórmulas o incluso soluciones para algo que ya quedó atrás? Lo único que el arrepentimiento hace es llenarnos de culpa y hacernos revivir un pasado que ya no es realidad. Aún más, el peligro del arrepentimiento es que nos roba del presente… Piense en estos términos, hoy se concentra en el pasado y en su arrepentimiento, y mañana se arrepentirá también de haber desperdiciado este tiempo en vez de vivirlo. El arrepentimiento es una cadena interminable. Libérese.

No deje que las memorias se conviertan en creencias. Vivir en el pasado hace que nos enfoquemos en las emociones de aquel entonces y las proyectemos hacia nuestra realidad actual. ¿Qué quiere decir esto? Que muy a menudo las experiencias traumáticas del pasado se nos convierten en un filtro a través del cual vemos todo que nos pasa, y con el tiempo, en creencias acerca de la vida y de nosotros mismos.

Por ejemplo, un caso extremo, si existe abuso en el pasado, y con él sentimientos de vulnerabilidad o culpa y vergüenza, el atarnos a este pasado puede hacer que sigamos reviviendo la creencia de que la vida duele, que estamos en peligro, que somos seres vulnerables, que solo podemos esperar maltrato de los demás o que el amor duele.

Evalúe si está preso del pasado al usar los mecanismos que utilizó anteriormente frente a las circunstancias actuales. Muy frecuentemente, cuando hacemos esta reflexión, nos damos cuenta que las condiciones actuales no son como las hemos estado viendo o viviendo… que a lo mejor estas personas sí tiene buenas intenciones, que quizá sí nos merecemos esta vida y oportunidad tan buena que nos han ofrecido, que es mucho mejor relajarse y disfrutar que estar alerta por lo malo que pueda sucedernos.

Usted no es la creación de su pasado. A menudo escuchamos, “es que yo soy así” o “la vida me ha hecho así”. En verdad, la realidad la creamos a diario y la posibilidad de cambio siempre está allí. El hecho de que usted haya sido de determinada manera en el pasado, no quiere decir que hoy tenga que serlo, y el hecho de que algo le haya sucedido en el pasado y lo haya marcado, no quiere decir que usted deba estar casado con esta realidad y la perpetúe para el resto de su vida. Usted está al mando. Cuídese de usar el pasado como excusa o como protección para no cambiar o ser más fuerte.

Valide el pasado. No se vaya al otro extremo sin embargo. El hecho de que el cambio sea posible (y necesario) no quiere decir que sus vivencias no sean importantes y útiles en su camino. Reclame lo positivo que haya aprendido de su pasado. ¿Qué aprendió? ¿Qué habilidades desarrolló? Quizá hoy en día sea alguien más fuerte, quizá lo negativo le ayude ahora a apreciar más lo positivo, quizá puede ahora convertirse en mentor o en ayuda para otros que viven la situación que usted ya superó.



Sea paciente consigo mismo. A veces la cabeza ya sabe algo que el corazón no entiende. Dele tiempo para procesar las pérdidas y tristezas, pero no le permita sobrellevar su vida o regir su mundo. Valore sus procesos emocionales pero cuídese de convertirse en víctima.

Aplique la ley de la atracción. Lo que predomina en su pensamiento, es lo que manifestará una y otra vez. Aprenda más aquí sobre qué es la ley de atracción, y aquí sobre cómo aplicarla a diario para manifestar la realidad que usted desea.

Acepte su poder. Recuerde, usted tiene el poder de decir en cualquier momento, “esto no es lo que yo quiero, y este no es el final de mi historia”. Mientras no lo haga así, su pasado y los demás tendrán el poder sobre sus emociones y vivencias. ¿Qué prefiere? ¿Vivir su vida como usted lo desea o dejar que las circunstancias le obliguen a vivirla de otra manera?

Y recuerde...

“Su tarea no es buscar el amor, sino buscar y eliminar todas las barreras dentro de sí mismo que ha construido en contra de él.” Rumi




fuente
http://nuevaera.about.com/

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